Muere un destacado preso palestino en cárceles israelíes tras 86 días de huelga de hambre

Jader Adnan, ha fallecido en la cárcel tras 86 días en huelga de hambre como protesta por su detención por parte de Israel. Adnan se encontraba detenido bajo el régimen de detención administrativa, sin cargos, sin juicio y sin motivo alguno. Ni siquiera su familia y abogado lo podían ver. Actualmente, casi 5.000 palestinos están presos en cárceles israelíes, de los cuales más de 1.000 se encuentran en detención administrativa, es decir sin cargos ni juicio.

El preso palestino Jader Adnan ha muerto esta madrugada en una cárcel israelí tras deteriorarse su estado de salud después de 86 días en huelga de hambre para protestar por su detención por parte de Israel. A su fallecimiento, que puede ser otro detonante de tensión en la zona, le ha seguido el lanzamiento de tres cohetes desde Gaza a territorio israelí.

Adnan, de 44 años, que había sido acusado por terrorismo e incitación a la violencia como miembro de la Yihad Islámica Palestina (YIP) –organización considerada terrorista por Israel, EEUU y la Unión Europea– ha muerto de madrugada en el centro de detención Nitzan, según ha confirmado el Servicio de Prisiones israelí, que indica que el preso se había negado a recibir atención médica en ese centro.

El Ministerio de Detenidos Palestinos de la ANP (Autoridad Nacional Palestina) ha confirmado a EFE su muerte a consecuencia de la huelga de hambre que inició el 5 de febrero, el mismo día que fue arrestado; mientras que el de Exteriores ha hecho a Israel “totalmente responsable” del fallecimiento de Adnan y llevará este “crimen” ante la Corte Penal Internacional ante la negativa de las autoridades a liberarlo pese al riesgo de muerte.

La organización Médicos por los Derechos Humanos de Israel (PHRI por su sigla en inglés) advirtió este lunes, cuando la huelga alcanzó los 86 días, de que Adnan afrontaba “una muerte inminente” y debía ser “trasladado urgentemente a un hospital para su observación médica”, ya que estaba “peligrosamente demacrado” y presentaba “dificultad para moverse o mantener una conversación básica”.

El palestino expresó su deseo de ser hospitalizado y presentó tres condiciones para someterse a exámenes médicos en la prisión: permitir que su familia lo visitara, estar acompañado de cerca por un médico del PHRI y que su información médica no se compartiera con autoridades israelíes, algo que no ocurrió; mientras que un tribunal de distrito israelí rechazó recientemente dos peticiones para exigir su traslado a un hospital.

Fuente: palestinalibre.org

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