DÍA DEL PRISIONERO PALESTINO

Cada 17 de abril se conmemora el Día del Prisionero Palestino, una fecha que fue aprobada en 1974 por el Consejo Nacional Palestino para convertir este día en un día nacional dedicado a honrar los miles de palestinos que se encuentran cautivos en las cárceles de la ocupación israelí, así como reclamar el legítimo derecho a la libertad del pueblo palestino. La elección de esta fecha se debe a que coincide con la liberación del prisionero Mahmoud Bakr Hijazi, el primer cautivo palestino liberado por la Potencia colonial como resultado de un intercambio de rehenes entre Palestina y las autoridades coloniales sionistas. Este día se ha convertido en un día referente para el pueblo palestino en toda la Palestina histórica, al igual que en la diáspora.

Desde la creación del Estado de Israel como producto del proyecto colonial europeo y su posterior expansión en la colonización y ocupación de toda la Palestina histórica, la maquinaria terrorista israelí ha desarrollado políticas sistemáticas de encarcelamiento masivo de la población palestina, la Detención Administrativa es una de estas prácticas de opresión.

Esta política de detención indefinida tiene un profundo efecto psicológico en los detenidos palestinos y sus familias. Las secuelas, los traumas psicológicos y generacionales, así como la rotura de la base social palestina a través de la fragmentación familiar y de comunidad que provocan las detenciones es uno de los principales objetivos del ente colonial para completar la limpieza étnica de Palestina histórica. A los detenidos en Detención Administrativa se les roba cualquier recurso para defender su la libertad: desconocen el motivo de su detención y el período de su cautiverio. En los últimos veinte años, las autoridades de la Ocupación israelí emitieron más de 30000 órdenes de detención contra los palestinos, incluidas las prórrogas de las órdenes de salida.

Actualmente, el total de los cautivos palestinos en cárceles de la Ocupación israelí ascienden a los 9500 – sin incluir los cautivos gazatíes que están en desaparición forzosa-, de los cuales 3660 palestinos son de Detención Administrativa. Los detenidos administrativos han iniciado varias huelgas de hambre individuales y colectivas en los últimos años para protestar en contra de esta política inhumana y degradante. Desde el comienzo de la ocupación militar israelí del territorio palestino en 1967, Israel ha arrestado alrededor de un millón de palestinos. Al menos un miembro de una familia palestina ha sido encarcelado al menos una vez en su vida. El régimen colonial de asentamientos israelí ha violado sistemáticamente los derechos humanos palestinos, y deliberadamente, no ha asumido sus responsabilidades y obligaciones como Potencia ocupante que estipula el Derecho Internacional Humanitario, en particular el Cuarto Convenio de Ginebra (GCIV). A través de esta práctica, las autoridades de ocupación militar israelí detienen a los palestinos, incluidos menores, ancianos y enfermos, sin acusación ni juicio, en períodos renovables de seis meses.

Tribunal Militar de Israel: la institucionalización de la Detención Arbitraria y la persecución a los palestinos

Tras la ocupación de Cisjordania, incluida Jerusalén Este, en junio de 1967, el ejército israelí estableció inmediatamente tribunales militares en el territorio. A estos tribunales se les concedió una amplia jurisdicción para juzgar a cualquier residente o no residente del Territorio

Palestino Ocupado, por cualquier “delito” relacionado con la seguridad que se cometa dentro o fuera del TPO, y otras ofensas.

Los palestinos son juzgados en tribunales militares israelíes que están diseñados para condenar, no para proporcionar la justicia. Estos tribunales forman parte del sistema israelí de opresión y dominación que sostiene la actual ocupación ilegal de Palestina. Son una cinta transportadora de condenas, con una tasa de condenas del 99,7%. Los procedimientos se llevan a cabo en hebreo, con soldados no cualificados que proporcionan una traducción incompleta de los procedimientos. Los palestinos son detenidos durante los procedimientos previos al juicio y durante el juicio. «Pruebas secretas», a menudo retenidas de los abogados defensores, se utilizan para condenar a los palestinos. Estas órdenes militares cubren una amplia gama de delitos, divididos en cinco categorías: «Actividad Terrorista Hostil»; perturbación del orden público; delitos penales «típicos»; presencia ilegal en Israel; y delitos de tráfico. Algunos incluso se acercan al absurdo. Por ejemplo, «ofender el honor» de un soldado es penado con un año de prisión.

Los “tribunales” militares israelíes no cumplen con los requisitos mínimos del debido proceso. Como se establece en las normas internacionales, el derecho a un juicio justo incluye: la presunción de inocencia, el derecho a un abogado, el derecho a ser notificado de los cargos y a

comprenderlos, el derecho a preparar una defensa efectiva, el derecho a ser juzgado sin demora, el derecho a la interpretación de los procedimientos y el derecho a un juicio público. Según este reglamento, los siguientes actos son considerados delitos condenados con 10 años de prisión:  Pertenecer a cualquiera de los partidos políticos palestinos de la OLP; llevar una bandera palestina; cantar el himno nacional palestino; servir café a un miembro de una declarada

«asociación ilegal»; repartir folletos o mostrar apoyo a la OLP o a las distintas facciones palestinas.

Entre 500 y 700 niños palestinos son juzgados en los tribunales militares israelíes cada año.

Desde el 7 de octubre las fuerzas de ocupación han incrementado el número de detenidos

Tras el inicio de la campaña de exterminio genocida israelí contra la población palestina, la realidad de los cautivos en las prisiones de la ocupación israelí ha cambiado considerablemente a peor. A lo largo de estos más de seis meses de genocidio continuo, las fuerzas de ocupación, en sus distintos niveles, cometieron crímenes horribles contra los cautivos, martirizando a 16 prisioneros palestinos como resultado de la tortura sistemática, los delitos médicos y la política de hambre, además de una serie de violaciones, abusos y agresiones dirigidas a prisioneros, incluidos menores, ancianos y enfermos.

Además de los mártires y cautivos de los que se tiene registro, los datos en torno a los cautivos en Gaza siguen estando ocultos, atrapados por el crimen de desaparición forzosa que la ocupación ha impuesto desde el inicio de la última agresión genocida, ya que miles de nuestro pueblo fueron arrestados durante la invasión terrestre de Gaza, incluidos mujeres, niños, ancianos y enfermos. Según informes de los medios de comunicación de la ocupación quedó revelado el martirio de 27 cautivos en Gaza dentro de campos dirigidos por el ejército de ocupación. Estamos ante la etapa más cruel y severa en la historia del movimiento de presos palestinos en términos de nivel de intensidad de la tortura, los abusos y las medidas de represalia que se impusieron a los cautivos dentro de las cárceles y que resultaron en el martirio de muchos de ellos, así como sistemáticas e inhumanas torturas penadas por el Derecho Internacional Público y Humanitario.

Actualmente, el número de cautivos en las cárceles de la ocupación israelí supera los 9.500, una cifra a la que se le debe de sumar todos los cautivos en Gaza que están sujetos al crimen de desaparición forzosa. El número de prisioneras palestinas aumentó después del 7 de octubre, ya que su número hoy llega a 80. Esta cifra no incluye a todas las prisioneras de Gaza que están detenidas en los campos de la ocupación israelí. Por otro lado, el número de menores de 18 años cautivos supera los 200 niños, distribuidos entre las cárceles de Megiddo, Ofer y Damoun, señalando que, según los datos disponibles, 24 niños son de Gaza. Israel, la potencia ocupante, es el único país del mundo que tiene un sistema de tribunales militares de menores diseñado exclusivamente para procesar a menores palestinos. Los niños palestinos cautivos son objeto de violencia y malos tratos, incluida la violencia física, la amenaza de acoso sexual y la negativa al acceso a padres y abogados durante el interrogatorio.

El número de Detenciones Administrativas en las prisiones de la ocupación israelí aumentó después del 7 de octubre a un ritmo históricamente sin precedentes, hasta que su número alcanzó más de 3.660 detenidos administrativos. Adicionalmente, hay estudiantes, escolares y universitarios, periodistas, juristas, abogados, ingenieros, médicos, académicos, parlamentarios, activistas, trabajadores y familiares de primer grado de mártires y cautivos en las prisiones de la ocupación israelí, incluidas hermanas de mártires y esposas de cautivos. El número de cautivos clasificados por la ocupación como “combatientes ilegales” según los datos de la administración carcelaria es de 849, y estos datos son hasta principios de abril de 2024.

El número de periodistas cautivos en las prisiones de la ocupación es de 56, de los cuales 45 fueron arrestados después del 7 de octubre y todavía están detenidos, incluidas 4 mujeres. Por otro lado, el número de diputados detenidos en las prisiones de ocupación es de 17, la mayoría de ellos en Detención Administrativa. Los líderes Marwan Barghouti y Ahmed Saadat son los diputados que mayor tiempo llevan en cautiverio en las cárceles de la ocupación israelí.

En Cisjordania, incluida Jersualen Este, después del 7 de octubre se han aumentado considerablemente las campañas de detenciones, llevando a duplicar el número de cautivos en las cárceles de la ocupación. El número total de campañas de detenciones llegó a más de 8.270 en Cisjordania, incluida Jerusalén: las campañas de detención en curso desde el 7 de octubre hasta hoy van acompañadas de un aumento de los delitos y las violaciones, como son los abusos y golpeos brutales, inhumanos y degradantes, amenazas a los detenidos y sus familias, además de vandalismo generalizado y destrucción de viviendas de ciudadanos, confiscación de vehículos, dinero, además de la destrucción generalizada de infraestructura, como reflejan los casos de los campamentos de Tulkarem, Jenin. Además de estas campañas de detención, las fuerzas de ocupación israelí llevaron a cabo ejecuciones sobre el terreno, incluidas las de familiares de los detenidos.

Violencia sexual: la inhumana realidad de las mujeres palestinas dentro de las cárceles de la ocupación

El 19 de febrero de 2024, varios relatores especiales de las Naciones Unidas publicaron un informe pidiendo la investigación sobre violaciones contra mujeres y niñas palestinas. Según el informe, existen evidencias de que desde el 7 de octubre las mujeres y niñas palestinas cautivas han sido objeto de violencia sexual. Según la OHCHR, muchas de estas víctimas han sido sometidas a tratos inhumanos, como la negación de compresas, alimentos y medicinas, fueron golpeadas severamente, violadas, agredidas, amenazadas con violación y violencia sexual, y sometidas a múltiples formas de otros asaltos sexuales. El informe recoge además que mujeres palestinas cautivas en Gaza fueron mantenidas en una jaula bajo la lluvia y el frío, sin comida.

“Estamos particularmente angustiados por informes de que mujeres y niñas palestinas detenidas también han sido sometidas a múltiples formas de agresión sexual, como ser desnudadas y registradas por oficiales masculinos del ejército israelí. Al menos dos mujeres palestinas detenidas supuestamente fueron violadas mientras que otras supuestamente fueron amenazadas con violación y violencia sexual, dijeron los expertos.

Los expertos de las Naciones Unidas añadieron: “estos presuntos actos pueden constituir graves violaciones de los derechos humanos internacionales y del derecho humanitario, y constituir crímenes graves según el derecho penal internacional que podrían ser procesados bajo el Estatuto de Roma”.

Durante años, Amnistía Internacional ha denunciado la tortura, el maltrato y la violencia sexual que han sufrido las mujeres palestinas cautivas arbitrariamente por las autoridades sionistas. Asimismo, Middle East Eye informó sobre alegaciones de cautivas de que “los guardias israelíes han amenazado con agresiones sexuales contra las reclusas y las han agredido dentro de sus celdas”. Las mujeres palestinas se enfrentan a unas terribles condiciones dentro de estas cárceles, donde sufren de manera constante violencia física y psicológica.

Walid Daqqah: los sistemáticos asesinatos médicos de la ocupación

El número de prisioneros enfermos en las cárceles de la ocupación israelí aumentó después del 7 de octubre. Hay cientos de enfermos y heridos, y su número aumenta constantemente como resultado de los crímenes, las políticas y las medidas de represalia sistemáticas impuestas por la ocupación a los presos, más notablemente la tortura y los delitos médicos. El número de presos mártires ha aumentado a 252 desde 1967, cuyo asesinato es el resultado de un continuo proceso de negación deliberada de los servicios más básicos como es la atención médica dentro de las cárceles de la ocupación.

Entre los mártires del movimiento de presos se encontraba el líder y pensador palestino Walid Daqqah (Abu Milad) quien fue asesinado por negligencia médica deliberada el 7 de abril de 2024 en el Hospital Assaf Harofeh después de 38 años de cautiverio, donde enfrentó todo tipo de torturas, abusos, robos, privaciones y aislamiento, además de los servicios médicos realizados para matarlo. La ocupación continuó deteniéndolo a pesar del final de su primer mandato de 37 años, después de que la ocupación añadiera dos años de cautiverio. Daqqah fue privado antes de su martirio a un acceso médico que le provocó sucesivos deteriores a nivel de salud que finalmente le llevó hasta su martirio, aunque su cuerpo sigue siendo secuestrado por la Ocupación hasta el día de hoy. Además de una serie de delitos médicos, el señor Daqqah padecía leucemia que progresó hasta convertirse en un raro cáncer de médula ósea conocido como mielofibrosis. El número de mártires prisioneros cuyos cuerpos están en cautiverio de la ocupación son 27, de los cuales el más anciano es el mártir Anis Dawla, cuyo cuerpo está cautivo desde 1980.

Erika Guevara Rosas, directora general de Investigación, Incidencia, Política y Campañas de Amnistía Internacional, ha manifestado: “Es desgarrador saber que Walid Daqqah ha muerto bajo custodia israelí a pesar de que ya había cumplido su condena original y de los numerosos llamamientos en favor de su liberación urgente por razones humanitarias desde que en 2022 se le diagnosticó un cáncer de médula ósea (…) La muerte de Walid Daqqah es un cruel recordatorio de la desatención médica sistemática y el desprecio de los derechos de las personas palestinas en prisión. Para Daqqah y su familia, los últimos seis meses en particular fueron una pesadilla interminable en la que, según su abogada, fue sometido a tortura y otros malos tratos, incluidas palizas y humillaciones, por el Servicio de Instituciones Penitenciarias israelí. No se le permitía hablar por teléfono con su esposa desde el 7 de octubre. El Tribunal Supremo israelí rechazó su último recurso para obtener la libertad condicional por razones humanitarias, condenándolo en la práctica a morir entre rejas (…) Las autoridades israelíes continuaron ejerciendo escalofriantes niveles de crueldad contra Walid Daqqah y su familia incluso cuando él ya estaba en su lecho de muerte, ya que no sólo le negaron alimentación y tratamiento médico adecuados, sino que además le impidieron dar el último adiós a su esposa, Sanaa Salameh, y a su hija de cuatro años, Milad. La muerte de Walid significa que sólo pudo ver una vez en persona a su hija Milad, en octubre de 2022, tras una agotadora batalla legal (…) Las autoridades israelíes deben entregar el cadáver de Walid Daqqah a su familia sin demora para que pueda darle sepultura de forma digna y pacífica y llorar su muerte sin sufrir intimidación”.

Walid Daqqah fue sometido a la negación deliberada del tratamiento para curar su enfermedad, retrasando procedimientos médicos como una forma de punición al ser una de las figuras más destacadas del movimiento de prisioneros palestinos y de la liberación nacional palestina. Durante las cuatro décadas que estuvo en cautiverio en las prisiones de la ocupación, Walid Daqqah escribió sobre la experiencia vital de las personas palestinas en las cárceles israelíes, educando a las sucesivas generaciones de jóvenes palestinos, presos o no. En uno de sus escritos, que incluían cartas y ensayos, entre otros, decía: “”En uno de mis cuentos de la vida en prisión, titulado “Tío, dame un cigarrillo“, un niño preso de 12 años me pidió un cigarrillo. En circunstancias normales, fuera de los muros de la prisión, habría dicho que no. No queremos

que los niños fumen. Pero en este ambiente, me pareció que el niño quería con esta petición crecer rápidamente para poder enfrentarse mejor a los años de reclusión que ahora se cernían sobre él o quizás recuperarse de la violencia de su detención. Con el acto de fumar, parecía proclamar “he aquí, ya adulto” Así que le di un cigarrillo al niño. Sus ensayos, sus palabras y su recuerdo son todo un acto de resistencia frente a la colonización, al encarcelamiento como forma de sumisión, la privación de todos los derechos y la deshumanización de la que es víctima el pueblo palestino: cautivo en cárceles de ocupación, en muros de apartheid o en la cárcel a cielo abierto y campo de exterminio más grande del mundo y de la historia.

Israel, la Potencia ocupante, emplea una política de encarcelamiento masivo y arbitrario contra los palestinos, incluidas las mujeres y los niños, como instrumento de control y opresión. Lleva a cabo esta política de una manera que viola sistemática y deliberadamente el derecho internacional, incluyendo las obligaciones de Israel como Potencia ocupante en virtud del Derecho Internacional Humanitario. Dichas violaciones incluyen la denegación a los detenidos palestinos al acceso a las debidas garantías procesales y de un juicio justo, el uso de la tortura y otros tratos inhumanos, así como el traslado ilícito de detenidos palestinos fuera del Territorio Palestino Ocupado. La comunidad internacional tiene la responsabilidad de poner fin a estas políticas y prácticas ilegales y abominables de la ocupación israelí. En particular, el sistema de tribunales militares israelíes, que oculta estas prácticas atroces bajo el disfraz de la ley y forma parte del sistema de ocupación y subyugación. Este sistema ilegal debería ser condenado por los

gobiernos, los parlamentos y la sociedad civil, ya que representa una máquina que atrinchera el régimen de ocupación colonial israelí y el sistema de opresión que sostiene dicho régimen.

Se debe poner fin a estas políticas y prácticas ilegales e inhumanas; proporcionar protección al pueblo palestino, especialmente a los niños palestinos, en concordancia con su deber de respetar y garantizar el respeto al Derecho Internacional Humanitario, el Derecho Internacional a los Derechos Humanos, y los tratados y principios; asegurarse de que no faciliten esas violaciones directa o indirectamente, esto incluye la necesidad de poner fin a todo acuerdo con el sistema de tribunales militares de Israel y con la autoridad carcelaria israelí hasta que cesen sus atroces violaciones de los derechos humanos; asegurarse de que sus acuerdos contractuales con Israel no faciliten este régimen de opresión y en contra de los derechos humanos. Sin duda, este modelo para dejar cautivo al pueblo palestino no es más que la manifestación de la sistemática segregación racial construida por el ente colonial a través de un sistema de apartheid que busca culminar el proyecto de colonizar toda la Palestina histórica, limpiar étnicamente al pueblo palestino de su tierra para sustituirlos por colonos, ya sea a través de prácticas violentas como los cautiverios en prisión o el exterminio genocida directo. Acabar con este modelo de encarcelamiento supondrá acabar con toda la arquitectura segregacionista y deshumanizante que el ente colonial sionista ha construido en todas las capas de la Palestina histórica.

Fuentes: Addameer/Asociación de los asuntos de detenidos y exdetenidos/Asociación de los Prisioneros Palestinos.

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